Según informaciones proporcionadas por una estación de radio de México, los empleados de Terán fueron quienes perpetraron el robo, al ver que la compañía había cerrado todos sus locales en medio de acusaciones de fraude.
Aproximadamente 70 locales de esos centros de estética han sido cerrados. Tanto clientes como franquiciatarios fueron víctimas de fraude, ya que pagaron servicios y equipos por adelantado, y los propietarios 'desaparecieron' con el dinero.
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