“Soy una guerrera incansable”. Así se describe Teresa Presmanes Corona, quien es mejor conocida como Daniela Romo.
“Soy una guerrera incansable”. Así se describe Teresa Presmanes Corona, quien es mejor conocida como Daniela Romo.
Nacida en la ciudad de México, Tere realizó sus estudios primarios antes de enfocar su mirada hacia el medio artístico, “sí, mi primera etapa escolar fue en el Colegio Francés, de donde pasé a la secundaria en una escuela oficial, para más tarde hacer mi preparatoria en el Colegio Clásico de México”.
A pesar de todo, la chica tenía bien pensado lo que anhelaba ser. Por lo mismo, incursionó desde los 11 años en el popularísimo grupo musical de Los Hermanos Zavala.
Desde los seis años, ya había probado suerte en la televisión, “cierto, participé en varias emisiones del programa Tele-Kinder. Una consecuencia de mis inclinaciones artísticas me llevaba a realizar espectáculos familiares. Cantaba, bailaba y también actuaba”.
Con los Zavala, fortaleció su vocación. “Desde luego, porque tuve la oportunidad de formar parte del coro, presentándonos en el Conservatorio Nacional de Música y en el Palacio de Bellas Artes, así como en un programa navideño de televisión encabezado por el cantante estadounidense Perry Como, grabado en Taxco.”
SUEÑOS CUMPLIDOS
Antes de alcanzar los 15 años, siendo ya inquieta adolescente, probó en el musical Contigo, pan y cebolla.
La joven sabía que no podía seguir adelante sin una base sólida, “entonces combiné la prepa con clases de actuación en el Instituto Andrés Soler”.
Puede decirse que desde muy joven, es una artista en toda la extensión de la palabra, además de que es apasionada de la lectura, “de los buenos libros y los grandes escritores, en especial los poetas. Soy adoradora de las palabras, me gusta mucho la poesía, es más, intento escribirla, pero no pretendo trascender en la vida a través de ella”.
ATRAPADA POR LA AÑORANZA
Curiosamente, siente nostalgia por el pasado que no vivió. “Soy una obsesiva del pasado. Ignoro si existen otras vidas después de la muerte, pero siento fascinación por algunas épocas, como los 40. Le atrapa la añoranza, “me la provoca el romanticismo que se vivía antes”.
Alguien describe con acierto, que es vanguardista, visionaria y ante todo genuina. “Lo que pasa, es que procuro poner mi granito de arena para recuperar el optimismo. Los humanos necesitamos devolvernos lo que la decepción nos ha quitado”.
La Romo es una mujer de sólidos principios. “Por lo mismo, cuando el cine mexicano se fue por el camino de las mujeres desnudas, dejé de hacer películas. No había razón para tomar parte en ese tipo de cintas”.
UNA VIEJA GORDA
A pesar del tiempo transcurrido, nunca ha pensado en formar un hogar. Sabe que los años van pasando y quizá un día se encuentre viviendo sola. “No temo a la soledad, ni me arrepiento no haber formado una familia”.
Echando mano de su chispa para la charla, comenta: “Cuando sea viejita, porque espero llegar a vivir muchos años más, quiero vivir con dignidad. Me iré a vivir a Mérida”.
“Me visualizo para entonces como una vieja gorda, que se la pasará escribiendo y leyendo. Disfrutando de una cerveza bien fría. Créanlo, seré muy feliz.”
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