Con emociones encontradas, elenco y producción disfrutan del último capítulo.
Boda a la mexicana ¡por partida triple¡, lágrimas, el canto de los 'hermanos Reyes' y un trágico desenlace para la villana de la historia, que fue enterrada viva, fueron algunas de las muchas emociones en el final de Fuego en la sangre.
A puerta cerrada y con pocos de sus protagonistas se reunió elenco y equipo de producción a ver el último capítulo.
El primero en llegar fue el galán Eduardo Yañez, quien expresó sentirse agradecido: "Esta noche es indescriptible para mí, no acierto a decir palabras muy exactas, pero estoy muy agradecido con la vida, con Dios, con México, 'Juan Reyes' es el personaje más difícil que me ha tocado interpretar en toda mi carrera".
Respecto a sus proyectos, Yáñez agregó que le gustaría hacer teatro: "Me gustaría muchísimo, pero este no es el momento, primero debo capitalizar lo que está sucediendo con mi carrera, necesito regresar a Los Ángeles, allá estaba persiguiendo un sueño y ahora es cuando apretar el acelerador, Hollywood sigue presente, ese es mi gran sueño, ya lo sabe todo México y a donde quiera que vaya los voy a representar".
El actor se disculpó ante los medios de comunicación por el episodio captado en video donde echó un vaso de agua a unos admiradores: "Sólo puedo ofrecer una disculpa, no se qué decir al respecto, mi reacción fue así y bueno, ellos aventaban objetos yo les aventé un vaso de agua de tamarindo, que se alivianen".
Por su parte, Elizabeth Álvarez insistió que no hay romance con Jorge Salinas, pero sí se darán la oportunidad: "Es mi amigo, eso te lo puedo decir, y si algún día llega a ser mi novio también lo voy a decir, no tengo por qué no decirlo", aseguró la actriz.
Su primer lugar de sintonía y sus altos niveles de audiencia, hacen de Fuego en la sangre un enorme reto para el siguiente proyecto de Salvador Mejía: "Totalmente difícil de superar porque dices ¿ahora qué hago? superarlo es complicado" explicó el productor.
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